EL PORTERO
Esta es una historia para reflexionar lo positivo que
hay en todo cambio...
No había en el pueblo peor oficio que el de portero
del hotel. Pero... ¿qué otra cosa
podría hacer aquel hombre?. De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra
actividad ni oficio.
Un día se hizo cargo del hotel un joven con
inquietudes, creativo y emprendedor.
El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y
después citó al personal para
darle nuevas instrucciones.A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entren por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio..." El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero...
Pero señor, usted no me puede despedir, yo he trabajado en esto toda mi vida...
Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación.
¿Qué hacer?
podría ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Alquilo un carretón para almacenar las
herramientas y algunas semanas después alquilo un cuarto que se convirtió en la primera ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. El era un buen cliente. Con el tiempo, las
comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de viaje.
herramientas.
Al portero, le dijo:
Me encantaría complacerlo, señor - balbuceo - pero
yo...yo no sé leer ni escribir...
"¡Ah! Cuanto lo siento!"
No lo dejó terminar.
Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por
usted. Le vamos a dar una indemnización
para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento.
Que
tenga suerte..."
Y sin más, se dió vuelta y se fué. El hombre sintió
que el mundo se derrumbaba.
Recordó que en el hotel cuando se rompía una silla o
se arruinaba una mesa, él, con
un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que ésta
podría ser un ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que solo contaba con unos
clavos oxidados y unas pinzas muy viejas, entonces decidió usar parte del dinero
para comprar una caja de herramientas.
Como en el pueblo no había una ferretería, debía
viajar dos días en mula para ir al pueblo
más cercano a realizar la compra. ¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de
herramientas. De inmediato su vecino
llamó a la puerta de su casa:
Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para
prestarme...
Mire, si, lo acabo de comprar pero lo necesito para
trabajar...como me quedé sin empleo..."
Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
El portero accedió y le prestó el martillo. A la
mañana siguiente, como había prometido, el vecino
tocó la puerta:
Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me
lo vende?
No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería
está a dos días en mula.
Hagamos un trato - dijo el vecino - Yo le pagare los
dos días de ida y los dos de vuelta, mas el
precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le
parece?" Realmente, esto le daba
trabajo por cuatro días... Aceptó.
Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo
esperaba en la puerta de su casa:
Hola, vecino. Usted le vendió un martillo a nuestro
amigo?
Si, así es...
Mire, yo necesito unas herramientas, y estoy dispuesto
a pagarle sus cuatros días de viaje, mas
una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje.
El ex-portero abrió su caja de herramientas y su
vecino eligió una pinza, un destornillador, un
martillo y un cincel. Le pago y se fue. El ex-portero pensó entonces que
mucha gente podría
necesitar que el viajara a traer herramientas de las que había vendido.
De paso,
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría
fabricar para el las cabezas de los martillos.
Y luego, ¿por qué no? Las tenazas...y las pinzas...y los cinceles. Y luego
fueron los
clavos y los tornillos.. Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que
en diez años aquel
hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de
Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Ahí se
enseñaría, además de leer y escribir, las
artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de inauguración de la
escuela, el alcalde
le entrego las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo:
"Es con gran orgullo y gratitud que le
pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de
actas de la nueva escuela"
El honor seria para mí - dijo el hombre - Creo que
nada me gustaría más que firmar allí, pero
yo no sé leer ni escribir.
¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo
Usted construyó un imperio industrial sin
saber leer ni escribir? Estoy asombrado!. Me pregunto, ¿qué hubiera sido
de usted si hubiera
sabido leer y escribir?"
Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con
calma. Si yo hubiera sabido leer y escribir...¡sería
portero del hotel!
MORALEJA
Generalmente los cambios son vistos como adversidades.
Pero las adversidades encierran bendiciones.
Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar
siempre será la MEJOR OPCIÓN.